lunes, 19 de mayo de 2008

Nuevas victorias, nuevos retos

Periódico alternativo De Pana


Los resultados de las elecciones en Paraguay simbolizan -en la coyuntura- la confrontación histórica de dos concepciones político-ideológicas sobre el papel presente y el porvenir de América Latina. El proceso electoral en Paraguay simboliza -en la coyuntura- la confrontación histórica de dos concepciones político-ideológicas sobre el papel presente y el porvenir de América Latina.

Sin poder calificar al ex obispo Fernando Lugo, nuevo presidente de ese país, como «un revolucionario», no es poca cosa que, tras casi 60 años de mandato del derechista Partido Colorado y varias dictaduras militares, una variopinta coalición de fuerzas haya roto la hegemonía de los sectores más derechistas y abierto una etapa inédita de participación, movilización y lucha progresista.

Ese triunfo parecería reforzar la opinión de quienes pronostican que la tendencia hacia la izquierda del espectro político latinoamericano, lejos de debilitarse, se robustece.

Ante el avance de los sectores progresistas, democráticos y/o revolucionarios en nuestra patria grande, la derecha internacional intenta reorganizarse para retomar la iniciativa. Ello explica la pasada reunión de partidos derechistas iberoamericanos en Argentina, la Confererencia de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Caracas, los esfuerzos por acelerar las firmas de tratados de libre comercio con los EEUU y la Unión Europea, la criminalización cada vez mayor de la protesta social creciente en todo el subcontinente, los ataques contra Chávez en Venezuela y Correa en Ecuador, las tendencias separatistas en Bolivia...

En este escenario, la izquierda revolucionaria latinoamericana -en tanto continúa los variados esfuerzos de organizar y avanzar, dentro y/o fuera de la institucionalidad- procura descifrar las claves que le permitan definir ejes de acción generales en la construcción del socialismo.
Tarea nada sencilla si se tiene en cuenta que la muy dinámica realidad en que está inserta, demanda flexibilidad, audacia, imaginación, capacidad de gestión y de negociación, para poder crear los acuerdos y las condiciones que permitan derrotar a la derecha dominante o conducir procesos ya en marcha.

Sin desconocer los «vientos favorables» que soplan en el escenario político y las posibilidades inmensas que ellos traen, pero con lecturas diferentes sobre el momento histórico, sobre el papel que están jugando los imperialismos estadounidense y europeo, las formas de lucha, el sentido del internacionalismo hoy, la posibilidad de construir socialismo dentro de las fronteras nacionales, la amplitud de programas y de alianzas, los resultados de las gestiones de diversos gobiernos progresistas en diferentes países, l@s revolucionari@s latinoamerican@s nos debatimos entre la táctica y la estrategia.

Solo con solidez ideológica para conservar principios y flexibilidad política para construir referentes de cambio incluyentes, avanzaremos. Hoy tienen más sentido que nunca las palabras del general Sucre antes del combate en Ayacucho: «De vuestros esfuerzos de hoy pende la suerte de la América del Sur».

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