lunes, 19 de mayo de 2008

Ternium Sidor: empresa delincuente

César Olarte


La empresa Ternium Sidor no puede catalogarse de otra forma que no sea de delincuente y veremos por qué.

Esta empresa estaba saqueando nuestros recursos naturales, suministrados subsidiados con el fin de que produjera acero barato para el país, la «Bombona Popular», la «Tremenda Cabilla» y unas camas para el hospital Uyapar (obras que nadie vio realizadas). Por 120 mil dólares que Ternium Sidor «brindó», Ferrominera le dio 200 millones de dólares en subsidios.

La empresa producía con el sudor de l@s trabajador@s venezolan@s grandes cantidades de acero primario (palanquillas y planchones), las cuales sacaba fuera del país a precios de tercera para enviarlas a las plantas de Ternium en Argentina y México, donde generaban productos terminados, empleos y desarrollo y facturaban a precios de primera. El 70% del acero que laminaban en HYLSA, México, provenía de nuestro país.

Esta empresa delincuente no respetaba las leyes laborales del país, explotando de forma salvaje a l@s trabajador@s tanto de la nómina de convenio, como de la nómina de conducción y, por supuesto, a más de 9.000 trabajadores tercerizados con condiciones de trabajo deplorables y salarios indignos. Los pasivos laborales son casi incalculables.

Falseaba sus estados financieros para aparecer con saldo negativo (gestión 2006 y 2007) y no pagar dividendos a sus accionistas venezolan@s (trabajador@s y el Estado) ni impuestos al Estado. Creó la figura «excedentes de caja», por medio de la cual pagaba a sus trabajador@s muy bajos beneficios mientras se embolsillaba enormes ganancias.

Generó una gran cantidad de pasivos ambientales en las diferentes áreas de la empresa, muchos de los cuales apenas ahora se están documentando, como son grandes reservorios en sótanos y otros sitios de líquidos muy contaminantes, como ácido clorhídrico, cromo, apirolio, etc. Lanzaba al río Orinoco grandes cantidades de líquidos contaminantes en ciertas horas del día, en lugar de almacenarlas en tanques apropiados para esto, con el fin de disminuir costos.

Recibió la empresa en 1997 muchos edificios industriales y de oficinas, así como también múltiples instalaciones y equipos industriales que fueron demolidos, chatarreados o sacados fraudulentamente del país.

Vendió para la construcción de las carreteras asociadas al segundo puente sobre el Orinoco, 6 millones de toneladas de escoria, las cuales habían sido adquiridas por el Estado venezolano en el momento de la privatización como condición de saneamiento ambiental antes de la venta.

Por todos estos delitos se debe calcular el monto que estos bandidos deben al Estado venezolano. En este sentido, nadie honorable debería permitir que un delincuente sea su socio. No debe permitírsele a estos bandoleros poseer ni una sola acción de la nueva Sidor.

No debería permitir esta Sidor socialista tener un cliente delincuente dentro de sus instalaciones ni suministrar a TAVSA lingotes de acero para que opere explotando de igual forma como lo hacía con los sidoristas.

Tampoco resulta lógico tener a un bandido como proveedor de briquetas (MATESI), con el cual habría que contar para el suministro de materia prima.

Deben revisarse cuanto antes los estados financieros, los pasivos ambientales y laborales, además de todas las relaciones de producción de estas dos empresas de este grupo malandro llamado Ternium.

En tal sentido conviene nacionalizar también a TAVSA y a MATESI y expulsar a estos delincuentes de nuestro país.

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